El viaje de este puente del Pilar ha sido de nuevo a mis queridas islas británicas. ¡Ya van tres este año! Cómo me gusta esa tierra... Allá va mi crónica del viaje; es la primera que hago (empiezo con un viaje cortito para ver qué tal), espero que os guste y no os aburra demasiado ;)
Viernes
El día del viaje de ida. Me lo pasé durmiendo (pues fui tan lista de dormir solo tres horas por la noche para poder ver los capítulos que llevaba atrasados de Gotham) y leyendo en autobuses, aeropuertos y aviones. Salimos de Madrid por la mañana y, tras dar varias vueltas con la aeronave por la costa irlandesa, hicimos escala en Dublín. Me hizo muchísima ilusión pisar tierra irlandesa, aunque solo fuera la del aeropuerto... Tuvimos un par de horas para comer, tomar la obligada cerveza negra e intentar colarme en un avión a la Isla de Man que salía a la misma hora, ejem, ejem...
Algo antes de las cinco aterrizamos en Glasgow, ¡y ya era noche cerrada! Las temperaturas allí no son mucho más bajas que en Burgos (o eso decía mi madre), pero yo me quedé tiesa mientras esperábamos al bus... Y todavía peor cuando me tocó subir la cuesta hasta el hotel, cargada de maletas y lloviendo a cántaros -.- Nadie me avisó de que esta ciudad está en la ladera de una maldita montaña... De la cual el bus te deja en la base y el hotel está en la cumbre. Yupi.
El hotel pertenece a la cadena Novotel y se encuentra en la calle Pitt, justo al lado del centro de la ciudad, y la verdad es que está muy bien. Después de cenar (¡pizza y ensalada con brócoli!), nos fuimos a la cama. Pero hombre, eran las siete de la tarde... Así que me puse a leer y ver Fullmetal Alchemist :3
Sábado
Empezó encontrándonos con el primer andaluz español del viaje: la recepcionista del hotel que nos indicó en el mapa lo más interesante que visitar. Emprendimos camino por St. Vincent y entramos a desayunar en el primer sitio que pillamos. Era una especie de colmado italiano en el que también daban desayunos, muy acogedor y ya decorado para Navidad. Me encantó: tenían unos cruasanes, rellenos de Nutella, mozzarella, tomate, etc. deliciosos, y el chocolate caliente... OH Dios mío...
Llegamos a la calle Buchanan, creo (si no alguna otra principal); en un escaparate vimos un sombrero bien chulo... y allí dentro pasamos la hora siguiente.
Porque no tenía maletas suficientes ni dinero, que si no habría cogido un par de cosas... O catorce... Forever 21, no estarás a salvo la próxima ver que vaya a Glasgow XD Me compré solo un vestido rojo, pero me costó decidir...Es que es ropa que se puede considerar normalita, pero aún así de mi estilo... Había tantos vestidos, tantas faldas, tantas botas... T.T
Pero esa no fue la mejor de todas. Me tuve que tragar un Primark, pero luego entramos en una tienda de ropa gótica en la que tenían también merchandising de grupos metal. ¡No tenían nada de Nightwish, qué indignación! Cuando le pregunté a la recepcionista, me dijo que por desgracia no, que a ella también le encantaba... Y luego me encuentro por mi pequeña ciudad a gente con camisetas y chaquetas de Once... ¡¿De dónde lo habéis sacado?! Y en frente de esta tienda, otra a la que tendría que haber ido con mi meja, pues tenía ropa, piedras y muchas más cosas paganas, budistas e hinduístas. Me habría encantado comprarme una pulsera o un tapiz con los chakras, o una mochila con un lobo, un cuervo y un pentáculo, o un precioso vestido morado de bruja... Pero a la tesorera le parecían chorradas inútiles -.- Lo que sí conseguí fue joyas celtas en tiendas de souvenirs LoL.
Me rendí (por el momento) en mi búsqueda de una librería, y entramo en la Galería de Arte Moderno (GoMA).
A mí el arte moderno no me gusta mucho, pero había una exposición que consistís en fotografías en blanco y negro de mujeres maltratadas con frases sobre la violencia de género; casi me hizo llorar.
Desde allí decidimos ir al Kelvingrove Art Gallery and Museum, porque en un folleto vi que tenían una exposición de trajes antiguos. En el camino paramos a comer en un mexicano sugerido por brillante y hormonada cabeza pensante de mi sisana. No tenía ni idea de qué tipo de comida servían allí, ¡pero qué más da! Al pasar vio a dos camareros que estaban muy buenos. A mí acabó gustándome mucho, pero no tanto a la Khaleesi... En realidad la culpa fue nuestra por hacerle caso a María -.-
Pasamos por el hotel, que pillaba en medio, a dejar todas las bolsas de la compra (llenas de ropa, souvenirs escoceses y los muñecos funkopop Jaime Fraser, Sherlock, Watson y Luke Skywalker), y nos fuimos al Kelvingrove pensando que quedaba cerca. Ja ja ja. Además de que el viento casi nos tumba varias veces, recorrimos media St Vincent y Argyle Street, y parecía que nos estábamos saliendo de la ciudad... Choca un poco que la autovía pase por pleno centro y que te metan un barrio obrero ahí entre tanto edificio antigua :$ Al final, conseguimos llegar; nos costó encontrarlo de lo mucho que llovía... Casi no se veía, a pesar de ser rojo y enorme.
Este museo me gustó más; normal, teniendo cosas antiguas hehe. Primero, la sala de Egipto e historia de Glasgow. Segundo, una colección de animales disecados que emocionaría a Encarna-ción de una célula; yo con la visita que hice hace cuatro años al museo del instituto quedé sobrada de taxidermia, la verdad... Qué horror:,( Hay muchas más cosas: esculturas, sillas antiguas, un laberinto de pasillos llenos de esculturas y cuadros franceses, escoceses, holandeses (mis favoritos), obras de Dalí... Un museo muy completo. Lo malo es que la exposición de trajes antiguos estaba cerrada, y otra de Campbell no sé qué era solo para grupo escolares...
Cuando salimos ya era noche cerrada. Recortándose negro contra el cielo nocturno vimos lo que supusimos sería la Universidad, cubierta de andamios. Volvimos por la calle Sauchiehall, en la que había unas casazas impresionantes, y conseguimos encontrar la única librería del centro de Glasgow. Después de un rato deambulando entre mangas, novelas de fantasía y merchandising, pregunté y qué gracia me hizo que no tuvieran el sexto de Vampire Academy:)
Esa noche también cené genial, en Nando's, un restaurante portugués. ¡Qué feliz he sido sin probar la carne estos días! En Reino Unido es mucho más fácil ser vegetariano; aquí en España no consideran animales a los peces, pollos... ni carne a los embutidos. Ok...
En el hotel estuvimos viendo en Mira quién baila escocés, y luego más Fullmetal Alchemist.
Pero esa no fue la mejor de todas. Me tuve que tragar un Primark, pero luego entramos en una tienda de ropa gótica en la que tenían también merchandising de grupos metal. ¡No tenían nada de Nightwish, qué indignación! Cuando le pregunté a la recepcionista, me dijo que por desgracia no, que a ella también le encantaba... Y luego me encuentro por mi pequeña ciudad a gente con camisetas y chaquetas de Once... ¡¿De dónde lo habéis sacado?! Y en frente de esta tienda, otra a la que tendría que haber ido con mi meja, pues tenía ropa, piedras y muchas más cosas paganas, budistas e hinduístas. Me habría encantado comprarme una pulsera o un tapiz con los chakras, o una mochila con un lobo, un cuervo y un pentáculo, o un precioso vestido morado de bruja... Pero a la tesorera le parecían chorradas inútiles -.- Lo que sí conseguí fue joyas celtas en tiendas de souvenirs LoL.
Me rendí (por el momento) en mi búsqueda de una librería, y entramo en la Galería de Arte Moderno (GoMA).
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Por alguna razón que no llegué a descubrir, el Duque de Wellington a caballo que hay en la entrada tiene un cono de tráfico en la cabeza. |
A mí el arte moderno no me gusta mucho, pero había una exposición que consistís en fotografías en blanco y negro de mujeres maltratadas con frases sobre la violencia de género; casi me hizo llorar.
Desde allí decidimos ir al Kelvingrove Art Gallery and Museum, porque en un folleto vi que tenían una exposición de trajes antiguos. En el camino paramos a comer en un mexicano sugerido por brillante y hormonada cabeza pensante de mi sisana. No tenía ni idea de qué tipo de comida servían allí, ¡pero qué más da! Al pasar vio a dos camareros que estaban muy buenos. A mí acabó gustándome mucho, pero no tanto a la Khaleesi... En realidad la culpa fue nuestra por hacerle caso a María -.-
Pasamos por el hotel, que pillaba en medio, a dejar todas las bolsas de la compra (llenas de ropa, souvenirs escoceses y los muñecos funkopop Jaime Fraser, Sherlock, Watson y Luke Skywalker), y nos fuimos al Kelvingrove pensando que quedaba cerca. Ja ja ja. Además de que el viento casi nos tumba varias veces, recorrimos media St Vincent y Argyle Street, y parecía que nos estábamos saliendo de la ciudad... Choca un poco que la autovía pase por pleno centro y que te metan un barrio obrero ahí entre tanto edificio antigua :$ Al final, conseguimos llegar; nos costó encontrarlo de lo mucho que llovía... Casi no se veía, a pesar de ser rojo y enorme.
Este museo me gustó más; normal, teniendo cosas antiguas hehe. Primero, la sala de Egipto e historia de Glasgow. Segundo, una colección de animales disecados que emocionaría a Encarna-ción de una célula; yo con la visita que hice hace cuatro años al museo del instituto quedé sobrada de taxidermia, la verdad... Qué horror:,( Hay muchas más cosas: esculturas, sillas antiguas, un laberinto de pasillos llenos de esculturas y cuadros franceses, escoceses, holandeses (mis favoritos), obras de Dalí... Un museo muy completo. Lo malo es que la exposición de trajes antiguos estaba cerrada, y otra de Campbell no sé qué era solo para grupo escolares...
Cuando salimos ya era noche cerrada. Recortándose negro contra el cielo nocturno vimos lo que supusimos sería la Universidad, cubierta de andamios. Volvimos por la calle Sauchiehall, en la que había unas casazas impresionantes, y conseguimos encontrar la única librería del centro de Glasgow. Después de un rato deambulando entre mangas, novelas de fantasía y merchandising, pregunté y qué gracia me hizo que no tuvieran el sexto de Vampire Academy:)
Esa noche también cené genial, en Nando's, un restaurante portugués. ¡Qué feliz he sido sin probar la carne estos días! En Reino Unido es mucho más fácil ser vegetariano; aquí en España no consideran animales a los peces, pollos... ni carne a los embutidos. Ok...
En el hotel estuvimos viendo en Mira quién baila escocés, y luego más Fullmetal Alchemist.
El Big Ben de Glasgow |
Domingo
Tal vez no sea lo más recomendable salir con el pelo y todo arreglado con este tiempo norteño, pero es que no íbamos a volver al hotel antes del concierto... En botas y vestido, caminé por la embarrada necrópolis de Glasgow. Dios mío, qué sitio más grandioso... La catedral me pareció preciosa, de las más bonitas que he visto: además de gótica, con esa piedra tan oscura que adoro. De hecho, así son la mayoría de los edificios en Glasgow. Esto, sumado al sombrío clima, hacen la ciudad deprimente y oscura. ¡Me encanta! He visto casi más góticos, emos, punks... que en Camden Town. Me sentía en el Paraíso LoL. Donde sí floté exageradamente fue en la necrópolis. El cementerio que más me ha gustado hasta ahora. Sentí aún más energía que en Ellan Vanin la noche de la Luna de Sangre... Y tomé muchísimas fotos.
El resto de la mañana se pasó yendo hacia el SSE Hydro. De camino, vimos el mercado navideño, y encontré de una maldita vez el libro (¡por fin podré acabar la saga! En español no está publicado el sexto...); en un WHS Smith, porque más librerías no hay.
Bajamos hasta el cruce de la autovía con el río, el cual seguimos para llegar al estadio en que sería el concierto. Este río se llama Clyde, y debe de estar muy cerca del mar, porque apestaba a agua salada y estaba plagado de gaviotas. Aaah, ese olor es tan especial y tan vivificante... Comimos en el SSEC, un centro comercial junto al Hydro, donde tuvimos que esperar tres horas a la abertura de puertas. Allí se estaba celebrando una convención de veganos, y se necesitaban entradas compradas como mínimo 48 horas antes... Aun así intenté colarme. Sin existo. Ehem, ehem. Para consolarme me zampé una tableta de chocolate Dairy Milk, porque yo lo valgo y no puedo pasar por el UK sin comerme una UnU.
Tal vez no sea lo más recomendable salir con el pelo y todo arreglado con este tiempo norteño, pero es que no íbamos a volver al hotel antes del concierto... En botas y vestido, caminé por la embarrada necrópolis de Glasgow. Dios mío, qué sitio más grandioso... La catedral me pareció preciosa, de las más bonitas que he visto: además de gótica, con esa piedra tan oscura que adoro. De hecho, así son la mayoría de los edificios en Glasgow. Esto, sumado al sombrío clima, hacen la ciudad deprimente y oscura. ¡Me encanta! He visto casi más góticos, emos, punks... que en Camden Town. Me sentía en el Paraíso LoL. Donde sí floté exageradamente fue en la necrópolis. El cementerio que más me ha gustado hasta ahora. Sentí aún más energía que en Ellan Vanin la noche de la Luna de Sangre... Y tomé muchísimas fotos.
El resto de la mañana se pasó yendo hacia el SSE Hydro. De camino, vimos el mercado navideño, y encontré de una maldita vez el libro (¡por fin podré acabar la saga! En español no está publicado el sexto...); en un WHS Smith, porque más librerías no hay.
Bajamos hasta el cruce de la autovía con el río, el cual seguimos para llegar al estadio en que sería el concierto. Este río se llama Clyde, y debe de estar muy cerca del mar, porque apestaba a agua salada y estaba plagado de gaviotas. Aaah, ese olor es tan especial y tan vivificante... Comimos en el SSEC, un centro comercial junto al Hydro, donde tuvimos que esperar tres horas a la abertura de puertas. Allí se estaba celebrando una convención de veganos, y se necesitaban entradas compradas como mínimo 48 horas antes... Aun así intenté colarme. Sin existo. Ehem, ehem. Para consolarme me zampé una tableta de chocolate Dairy Milk, porque yo lo valgo y no puedo pasar por el UK sin comerme una UnU.
Sobre el concierto de Duran Duran, haré una entrada aparte con las fotos, los vídeos y mis impresiones.
Lunes
Lo peor de todo: la vuelta. Despedirse de cada calle, cada tienda, cada edificio victoriano, en el camino a la Buchanan Station, donde tomar un autobús en el que acaricias con la mirada las tierras escocesas y les dices adiós.
Pasarse cuatro horas deambulando por el aeropuerto, sin poder ver esa también preciosa ciudad, haciendo las últimas compras, leyendo al pesado de Roran, esperando al avión que te alejará de tus amadas tierras celtas. Un avión en el que me dejó anonadada la libertad que se les dio a los niños para correr de un lado a otro molestando a todo dios, y su aún más disciplinada madre descalzándose y andado como Pedro por su casa...
Seguir deambulando por un aeropuerto, haciendo el mongolo y grabando Snapchats, escribiendo poemas de desamor y existencias malditas, filosofando como un suicida con un puente...
No poder leer por la falta de luz, avanzar Mentirosa, mentirosa con escaso éxito, dormir, escuchar a un pobre hombre llorar por teléfono sus penas, dormir otra vez escuchando a Tarja, Simone, Floor, Sharon, Anette...
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