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martes, 24 de marzo de 2015

No me dejes, Faeriel, por favor.

 Ayer, antes de bloquear mi teléfono por última vez en el día, me enteré de una devastadora noticia que me hizo dormirme entre lágrimas. He hablado en entradas anteriores de mi mejor amiga virtual, también de mis tres mejores en la vida real, conocida por su personaje tolkiendil, Faeriel. Le dediqué esta entrada.
 Pues bien, la noticia es que esta persona que tan bien me comprende y a la que tanto amo está en el hospital. Silevriel nos informó desde su cuenta (la de Faeriel), y me heló la sangre leer que tal vez no sobreviviera esta noche. ¿Cómo podía yo saber que mi querida amiga iba a intentar suicidarse? Sentía que nadie la quería, sus padres tenían problemas, no hacía más que empeorar en el instituto, sus amig@s la abandonaron y el chico del que estaba enamorada no la correspondía... ¿Cómo no pude darme cuenta e intentar ayudarla? Por fin volvía a ser yo relativamente feliz, y tengo que pasar un día sufriendo en clase, sin poder hablar con ella, distraída porque solo ella ocupaba mis pensamientos... A una profesora muy oportuna le ha dado por hablar del suicidio, un chaval ha soltado la gilip*llez de turno, un profesor otra peor... La gente habla a la ligera sin saber qué puede estar atormentando a quienes les escuchan...

"¿Qué puede llevar a una persona a hacerse daño a sí misma? 
 ¿Falta de personalidad, debilidad, cobardía, valentía, desesperación, inconsciencia, locura, querer llamar la atención...?
 No lo sé. 
 Posiblemente, ninguna de esas cosas, todas a la vez o mil razones diferentes más que no consigo recordar o no me atrevo a señalar aquí. 
 La decisión de cortarse, autolesionarse o intentar asfixiarse o ahogarte no debe ser nada fácil. Y conocer a personas que han pasado por eso tampoco. 
 Es muy duro para todos. Pero sobre todo es duro para quien lo sufre y sigue viviendo inmerso en su tortura. No me imagino cómo debe ser el momento en que la decisión es definitiva. Ese instante en que eliges el método, el minuto y la manera. ¿Subirá la adrenalina o te morirás de miedo? ¿Temblarás?
 Cuando das ese paso adelante, estás dando varios hacia atrás. Ya nada en tu vida será lo mismo, y las personas que se enteren de lo sucedido nunca más te mirarán de la misma forma. Te convierte sen una especie de cristal de Bohemia. Te vuelves más frágil. Te rompes con más facilidad y todos tienen más cuidado para no ser los causantes de esa rotura. 
 Por desgracia, vivimos en un mundo en el que nos equivocamos y perdemos el rumbo más veces de las que deberíamos. Y una historia calca otra historia. Y un impulso sirve para crear otros impulsos. Demasiado iguales, demasiado comunes. Copiamos más lo negativo que lo positivo. 
 Me gustaría hablar con todas esas personas para decirles que existen otras soluciones. Otra manera de encarar la vida, aunque nada logre hacerte feliz. Aunque te veas perdido en un lugar que ni siquiera es el tuyo. Aunque el poco aliento que te queda no sirva ni para respirar adecuadamente. 
 Sigue aprendido algo de los pocos años que tengo es que me quedan muchos años por vivir. Aunque suene redundante.  La vida es una cuestión de rachas. De rachas de todo tipo. Y si eliges el camino malo, siempre habrá tiempo de volver al bueno o de seleccionar otro camino más adelante. Puede que, esa vez, el camino sea mejor. 
 A esas personas, si pudiera hablar con ellas, les pediría que no se rindan nunca. Que piensen en ellas, que piensen en los demás. En todos esos que les quieren. Que se atrevan a pensar. Que se atrevan a desafiar a la vida. Que se atrevan a no tener miedo. Ganarás, perderás... pero no arrojarás todo por la borda. 
 Respeto mucho las personas. Respecto lo que deciden. Respeto lo que hacen. Siempre lo haré. Porque sé que vivir es difícil y porque sé que en ocasiones lo único que te sale de dentro es tirar la toalla. 
 Pero toca luchar. Toca hacer frente a los problemas. Porque si luchas y haces frente tienes más posibilidades de encontrar lo que yo acabo de encontrar: a esa persona que te convezca de lo que acabo de escribir. 
 Ójala yo también se lo hubiera dicho a ella."

 Meri (Blue Jeans en realidad), con uno de sus sabios escritos. Gracias a ella he superado mis más recientes pensamientos suicidas y me he propuesto recuperarme, hacer frente a mis problemas, ser feliz. Ójala mi Faeriel hubiera leído esto, o hubiera tenido a quienes me han apoyado y conseguido que deje de autolesionarme. Ella me entiende, y yo la entiendo a ella, porque acabo de salir del estado en el que se encuentra ella. 
 Ha despertado por fin hace unas cinco horas. Acaba de salir del hospital. Lucha, por favor, lucha como he hecho yo, y no me dejes, porque no sé que haría sin ti. Estaré siempre a tu lado, para escucharte y ayudarte en todo lo que necesites. No dejaré que vuelvas a sentirte sola. 

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