Como iba diciendo, escribí el prólogo de esta historia. No tenía ni idea de como empezarla, a pesar de que la tengo escrita casi entera. Mi primera prueba fue que Carla, siendo viejita, contase su experiencia más traumática. La segunda, es que Carla, ya viejita, le contase a su hija su experiencia más traumática (por razones que veremos al final de la historia #espaciolibredespoilers). La tercera, que la hija de Carla nos contase la experiencia más traumática de su madre después de que esta, ya viejita, muriera. Y la que al final he decidido, es que esa experiencia tan traumática solo la conocieran los padres de Carla y ella, y que todos se hubieran llevado el secreto a la tumba. La razón por la que la elegí es que la vi como la salida más fácil para poder escribir la historia en forma de diario, que es más o menos lo que tengo hecho ya. De esta manera, Carla le pide en su lecho de muerte a su hija que busque el diario que escribió para que descubriese por fin la verdad sobre la experiencia más traumática de su vida; la historia llega a nosotros porque Alexandra, la hija, no quiere que caiga en el olvido.
Aclaración: la historia va a tener lugar en los años actuales, por lo que este prólogo ocurre a mediados del siglo XXI. Con todos los avances médicos que espero se hayan logrado en ese tiempo, la esperanza de vida deberá ser mayor, por eso mi protagonista muere relativamente joven, con solo 60 años. Razón: muere de pena. #tragediagriega
Aclaración.2: en cada capítulo voy a poner una canción que me guste y me parezca que tiene algo que ver con lo que ocurre (en Wattpad se pueden adjuntar vídeos). Para este he escogido Memories de Within Temptation. Si veis el vídeo, entenderéis perfectamente el por qué.
Y ahora...
Ladies and gentlemen...
Sin más dilación...
Les presento...
LOS OJOS DE CARLA
PRÓLOGO
Ayer mi madre exhaló su último aliento. Antes de morir, me pidió que buscara en su armario una cajita de plata, dentro de la que habría un viejo cuaderno. Le pregunté que había escrito, pero lo único que me dijo fue: "Te quiero, Alexandra. Te quiero incluso más de lo que le quise a él." En sus últimos meses apenas recordaba a sus seres queridos y decía cosas incoherentes que nadie entendía. Todos los días mi padre se sentaba en su cama y le cogía la mano. Tenían siempre la misma conversación:
-¿Quién eres tú?
-Soy tu marido, ¿no me recuerdas, mi amor?
-No... Tú no eres él... Recuerdo perfectamente la cara del único al que he amado...
-¿De quién hablas, amor mío? Por supuesto que soy tu marido, ¡llevamos más de treinta años casados! ¡Tenemos cinco hijos!
Nos miraba, a los cinco silenciosos espectadores, de uno en uno, sin reconocer a los cuatro primeros y murmurando cuando finalmente posaba sus ojos en mí:
-Alexandra... Te parece tanto a él...
Las lágrimas comenzaban a brotar del rostro de mi padre y salía de la habitación sin pronunciar una palabra más.
Mientras conducía a su casa, la curiosidad iba quemándome, pero suponía de que hablarían esos viejos papeles. Rezaba porque fuera eso. Rezaba por descubrir de una vez por todas qué pasó en ese año de la vida de mi madre que en mi familia conocemos como 'El Año Oscuro', porque las únicas personas que conocían lo que le ocurrió a mi madre eran mis abuelos maternos, que murieron sin desvelarlo a petición de ella.
Llegué y me dirigí a su armario, dobde estaba la cajita, tal y como ella dijo. Y, en efecto, dentro había un cuaderno. Por fin descubría la verdad. Tras una semana reflexionando sobre lo que leí, he decidido que esta historia no debe caer en el olvido, por eso voy a contaros lo que dice ese diario escrito por mi madre hace más de cuarenta años.
Todo empezó cuando Carla tenía diecisiete años...
No hay comentarios:
Publicar un comentario